Toda forma de violencia tiene un impacto en la salud de hombres y mujeres. Pero si hablamos de violencia de género, el impacto es importantísimo sobre todo en la salud de las mujeres, influyendo en sus vidas, en las de sus hijos e hijas, familias y por ende en el resto de la sociedad.
La
violencia de género se sustenta en un sistema patriarcal basado en
la organización social y cultural, que ha asignado distintos roles a lo largo
de la historia a los hombres y a las mujeres, ejerciendo los hombres la
autoridad y siendo sus relaciones muy desiguales. Por consiguiente, este tipo de
violencia es un instrumento de poder, una práctica aprendida, consciente y
orientada, producto de una organización social estructurada sobre la base de la
desigualdad.
La violencia contra
la mujer en la pareja tiene un mayor impacto en su salud que otras formas
de violencia. Puede tener dimensiones físicas, sexuales o psicológicas,
puede prolongarse durante años y puede aumentar en intensidad con el tiempo.
Además es un tipo de violencia que influye directamente en la calidad de vida y la salud mental de
las mujeres que la padecen dando lugar a un gran espectro de sintomatologías:
1.Trastorno por estrés postraumático que aparece cuando las
personas son sometidas a una situación de estrés en la que se sienten
sobrepasadas y sin salida o con amenaza de muerte
2.Trastornos depresivos
3.Trastornos disociativos como el llamado Estocolmo
doméstico y donde la víctima se identifica con su agresor encontrando
justificación a su maltrato
4. Deterioro de la autoestima culpándose de muchas
situaciones
5. Suicidio, cuando no ven salida a su situación
6. Consumo y abuso de sustancias como drogas, alcohol….
7. Salud autopercibida, refiriendo un estado de salud peor
que la del resto de mujeres.
Pero las consecuencias también son de salud física. Las mujeres que sufren violencia física y/o sexual por parte de su pareja pueden llegar a
padecer un 60% más de enfermedades físicas que el resto de las mujeres. El
estrés crónico que implica la violencia afecta al sistema inmunológico y
neuro-hormonal y favorece tanto la aparición de diferentes enfermedades
(Infecciosas, autoinmunes…) como el empeoramiento de las existentes (asma,
diabetes..)
Lesiones:
Las lesiones pueden ser de todo tipo (contusiones, heridas,
quemaduras, fracturas) y de ubicación variada, si bien las más frecuentes son
en cara, pecho, cuello y abdomen.
Problemas
de salud crónicos:
Estos problemas abarcan desde dolores musculo esqueléticos hasta complicaciones cardiovasculares, como el infarto de miocardio y la
angina de pecho.
Trastornos
gastrointestinales y de las vías urinarias, úlcera de estómago,
reflujo gástrico, indigestión, estreñimiento, diarreas, pérdida de apetito y
dolor abdominal.
Puedes ampliar información al respecto en el siguiente
enlace
Y acceder a la última Guía publicada sobre Violencia y Uso de sustancias.