Salud mental y desigualdades

 

 Desde marzo de 2020, la pandemia de Covid-19 ha tenido repercusiones directas en la salud mental de la población mundial. El estrés por el confinamiento, el miedo y la pérdida de seres queridos ha aumentado los índices de depresión, ansiedad y estrés-postraumático. A las sucesivas olas de la pandemia se le suma una "Ola extra", la del sufrimiento psíquico, que está provocando un aumento de casos con síntomas de depresión y ansiedad en la asistencia sanitaria.

  Casi todas las enfermedades interactúan dentro de un contexto social. Las condiciones de empleo y trabajo, la riqueza y su distribución, las condiciones de vida...etc., conforman lo que llamamos determinantes sociales de la salud y equidad. Estos determinantes inciden en los grupos de población, caracterizados según su clase social, etnicidad, género y lugar donde se vive, y son las causas fundamentales que explican la mayoría de las diferencias en los problemas de salud.

  En noviembre del pasado 2021 tuvo lugar el XXI Congreso Salud Mental España, bajo el lema "Salud mental en un mundo desigual". El objetivo era analizar las desigualdades que afectan a las personas y cómo éstas impactan o pueden impactar en la salud mental de la población. En dicho marco se puso de manifiesto la necesidad de dar una respuesta por parte de todas las administraciones afectadas y de garantizar una atención adecuada a la salud mental, y sobre todo trabajar en su prevención. El presidente de Salud Mental España reivindicó "que se tenga en cuenta la situación individual de cada persona para poder ofrecer una atención a la salud mental adecuada, y sobre todo que se trabaje en la prevención". La ponencia marco tuvo como título "Salud mental y bienestar en un mundo desigual". En ella se hizo un análisis de las desigualdades como factor que influye directamente en la salud mental de la población. Se definieron las desigualdades sociales como "la peor de las pandemias", para la que, a día de hoy, "no existen vacunas" y se alertó de que "la crisis de la atención a la salud mental es una crisis humanitaria". Además, se puso de relieve la necesidad de no vincular "los problemas de salud mental con factores exclusivamente cerebrales, e ignorar otros, como el rechazo, el estigma y la ausencia de cuidados suficientes para las personas y su entorno".

  Como inicio de solución se presentó la necesidad de aprovechar el potencial de los valores y experiencia de las personas mayores, tejer apoyos sociales o cuestionar y repensar los mecanismos formales e informales que intervienen en estos procesos de desigualdad. A veces oímos decir que los "pobres" o personas que viven en situación precaria son más "felices" porque no necesitan tanto para vivir y se conforman con lo que tienen. Nada más lejos de la realidad. La evidencia científica demuestra que uno de los principales factores de riesgo para desarrollar un problema de salud mental es la pobreza y la desigualdad económica. Así lo demuestran numerosos estudios, entre ellos la Encuesta elaborada por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) para detectar el estado de bienestar emocional de la población española durante la pandemia. En ella se revela que las personas de clases más desfavorecidas que se han sentido decaídas, deprimidas, etc.(32,7%) son casi el doble que aquellas que se identifican con clases más favorecidas (17,1%). Las personas con menos recursos son más vulnerables o tienen más riesgo de sufrir problemas de salud mental.

  En las mesas de trabajo, las personas intervinientes hicieron denuncia también de la reducción en la inversión en salud mental, la saturación de los centros de salud mental en zonas de rentas bajas, las desigualdades por áreas geográficas en España y la pérdida general de accesibilidad, que afecta en mayor medida a quienes menos tienen. Por eso reivindicaron la accesibilidad plena y directa a los recursos. 

  Otra de las conclusiones a la que llegaron es la necesidad de aplicar la salud emocional desde las aulas, de escuchar a la infancia y atender a las necesidades específicas que manifiestan y de promover la psicoeducación de la sociedad al completo. Otros participantes denunciaron la generalización, transversalidad e invisibilidad de la violencia de género; la falta de especialización para la atención de personas mayores con trastornos de salud mental, especialmente de mujeres. Igualmente la lacra del racismo estructural que impacta en las personas migrantes y racializadas y que repercute directamente en su salud mental y las expulsa a la periferia de la sociedad.

Puedes ampliar información sobre el tema en los siguientes enlaces:

https://consaludmental.org/sala-prensa/actualidad/desigualdades-sociales-peor-pandemias/

https://www.cis.es/cis/opencms/ES/1_encuestas/avances.html

https://www.cis.es/cis/export/sites/default/-Archivos/Marginales/3280_3299/3285/es3285mar.pdf

https://www.consaludmental.org/publicaciones/Salud-mental-covid-aniversario-pandemia.pdf

https://www.semg.es/publicaciones-y-documentos

https://www.youtube.com/watch?v=iYBkYYQz1_c&t=12s