Salud mental en infancia y juventud

 

    La salud mental es un componente integral y esencial de la salud. Es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.

    Además de las múltiples consecuencias sociales y económicas de la COVID-19, se prevén también importantes consecuencias psíquicas a largo plazo. Los cambios abruptos en los hábitos diarios, el miedo al contagio, los fallecimientos, el teletrabajo, la escolarización en casa o incluso el desempleo, se han traducido a veces en niveles altos de estrés a lo largo de los meses, y han podido provocar ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental.

    En general,  las crisis sanitarias y humanitarias afectan especialmente a los grupos más vulnerables y,  aunque se requieren análisis más profundos y multidisciplinares, a día de hoy ya empiezan a notarse las consecuencias de esta pandemia en el grupo de niños y jóvenes. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante la presentación de su II Congreso Digital, el pasado miércoles 2 de Junio, (y que se celebró del 3 al 5 de junio reuniendo a más de 3.500 pediatras), entre otras cosas, se abordaron las consecuencias de la pandemia de la Covid en la salud mental de los menores. "Puesto que se duplican los casos de urgencias psiquiátricas infantiles, los trastornos de conducta alimentaria, que son cada vez más graves, los casos de ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos, depresión y las autolesiones e intentos de suicido en adolescentes". También se ha incrementado la violencia sobre los menores, el maltrato y los abusos y se ha disparado el consumo de pantallas en niños y jóvenes.

¿CÓMO SOSPECHAR QUE MI HIJO PUEDE TENER UN PROBLEMA?

 Desde la Academia Americana de Pediatría apuntan a los siguientes signos:

  • Cambios en el estado de ánimo que no son comunes en su niño, tales como continua irritabilidad, sentimientos de desesperanza o furia, así como ira, o conflictos frecuentes con sus amigos y familia.
  • Cambios en el comportamiento, tales como alejarse de relaciones personales. Si es un joven extrovertido que muestra poco interés, por ejemplo, en contactar con sus amigos por chats…etc, puede ser motivo de preocupación.
  • Una pérdida de interés en las actividades que disfrutaba antes.
  • Tiene dificultades para dormir o permanecer dormido, o duerme a todas horas.
  • Cambios de peso o de patrones alimentarios, nunca tener hambre o comer todo el tiempo.
  • Problemas de memoria, de razonamiento, o concentración.
  • Menos interés en sus tareas escolares y una decaída en su esfuerzo académico.
  • Cambios en la apariencia, tales como falta de higiene básica sin razón.
  • Un incremento en comportamientos imprudentes, tales como el consumo de drogas o alcohol.